En la época de Franco había numerosos presos políticos considerados “irrecuperables”, y la sociedad no consiguió modificar esa ideología totalitaria; simplemente falleció el dictador.

En la transición, lo que abundaba en las cárceles fueron los toxicómanos, corrían los años 80. Se les consideraba viciosos y había que encerrarlos. Yo mismo trabajé muchos años por la reinsercion de los drogadictos y luché con indignación contra aquella desastrosa ideología represiva que condenó a miles de personas. Y no pocas personas me criticaron por aquello.

En estas décadas vuelvo a encontrar un nuevo síntoma, siento nuevamente un Dejavú, y es la de cientos de hombres acusados de violencia de género, condenados por cuestiones en no pocos casos “ambiguas”. Todo esto me recuerda a los años 80 y 90, son los mismos discursos intransigentes y condenatorios, esta vez contra los hombres.

Es el nuevo tabú del que nadie puede hablar. No se puede defender a los hombres cómo tampoco se podía defender a los presos políticos en la dictadura y posteriormente los toxicómanos.
Evidentemente, una ley de protección a la mujer era muy necesaria, está claro, pero no la que tenemos.

Se considera que si un hombre pega una mujer es por una cuestión “ideológica”, pero también podríamos decir que cuando un nieto pega a su abuelo, estamos ante un joven malcriado dentro de una sociedad con pocos límites y educado con baja tolerancia a la frustración y eso, digan lo que digan: también es ideología.

Una mujer dice que el rasguño que muestra en el brazo es por culpa de su marido, -ha sido violencia-, no hay testigos, pero el hombre es criminalizado y excluido de cualquier reinsercion.
No podrá ver a sus hijos puesto que se puede pedir una orden de alejamiento de los hijos; el hombre es metido inmediatamente en el calabozo. Perderá, puesto que la Ley va en contra de los hombres.

Recuerdo la película Te doy mis ojos (2003) de Icíar Bollaín. Cuando las mujeres en los a países árabes veían esa película decían: que horrorosos son los hombres españoles, ¡menos mal que me he casado con un musulmán…!

Película que mostraba a los hombres como “irrecuperables”, curiosamente contó con el asesoramiento profesional del famoso catedrático en psicología Enrrique Echeburúa que siempre saca un libro con cada tema de moda.

Hoy sigo redactando informes para juicios: ninguno de presos políticos, pocos de drogadictos, y la gran mayoría de los informes para juicios son hombres que lo han perdido casi todo sin testigo alguno. ¡Y claro está! ¡Segurísimo que no hay ninguna denuncia falsa…¡ pero todos sabemos que basta una pequeña exageración para quedarte con todo.