DISCUSIÓN ABIERTA [Foro] › Foros › DISCUSIÓN ABIERTA [Foro] › Síndrome de la progenitora tóxica
Etiquetado: GRAFOLOGÍA, patología, PSICOLOGÍA, Síndrome
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¿por qué mi madre no me quiere?
Es aquella que llega a la maternidad por caminos poco deseables. Lo ideal psicológicamente es poner distancia emocional y física.
Es un tabú de nuestra sociedad aceptar que hay madres que no quieren a sus hijas, pero es más real y frecuente de lo que nos gustaría reconocer. Como todo aquello que nos resulta difícil de aceptar y digerir, tendemos a negarlo. Pero existen, vemos a sus víctimas en consulta, peleando por llenar un agujero negro de infelicidad que arrastran desde la infancia y que en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera es consciente, porque duele nombrarlo.
La madre tóxica es una mujer que ha llegado a la maternidad por caminos poco deseables, por convencionalismos, porque así estaba diseñado su guion de vida, porque eso es lo que de ellas se esperaba. Renegar de la maternidad o simplemente ejercer el derecho a no serlo, no era, ni es, algo aprobado por la sociedad. Aquellas mujeres que han decidido libre y abiertamente no ser madres han sido miradas con recelo y suspicacia por la mayoría de su entorno. Siempre. Incluso ahora. Hablamos de una minoría valiente y coherente que decidió por sí misma cual era su voluntad y su camino. Muchas otras sin embargo, aceptaron gestar, parir y criar como algo inevitable. No es tan extraño entender, que algunas de aquellas hijas, no solo no fueran amadas incondicionalmente, sino percibidas como una molestia, un obstáculo, una rival e incluso una proyección de aquello que ellas hubieran querido ser.
“No es fácil encontrar la felicidad en nosotros mismos, y no es posible encontrarla en ningún otro lugar” (Agnes Repplier)
Se trata en la mayoría de los casos de mujeres muy narcisistas o infantilizadas, que nunca asumieron el papel de madre y que siguen filtrando el mundo a través de su necesidad y su deseo. Otras, son mujeres amargadas, cuya vida no se parece en nada a lo que esperaban, profundamente infelices, que usan de chivo expiatorio a sus hijas proyectando en ellas el foco de su insatisfacción. Hay diferentes formas de madres tóxicas, pero todas incluyen la culpa, la manipulación, la crítica cruel, la humillación, la falta de empatía, el egocentrismo puro. Son madres que hacen saber a sus hijas que no están a la altura de lo que se espera de ellas, envidian sus éxitos, recelan su necesidad de independencia, rivalizan con ellas en un patológico escenario vital donde la víctima ni siquiera sabe que lo es.
La madre que no ama, despliega su toxicidad de diferentes formas, así nos encontramos con madres que envidian a sus hijas y tratan de anularlas, madres que sobreprotegen y absorben excesivamente para tratar de evitar el sentimiento de culpa por no haber deseado tener ese hijo, madres centradas únicamente en “la fachada” que exigen a sus hijas que encajen en un molde que ellas mismas han diseñado para exhibirse, madres que utilizan la enfermedad y el victimismo como principal estrategia de manipulación, madres dependientes que invierten los roles y hacen que sus hijas sean quienes se ocupen de su bienestar físico y emocional y madres que, por desgracia, encajarían en varios de estos guiones de película de terror.
La mayoría de las niñas que han sido criadas por este tipo de mujeres no son capaces de entender que toda su inseguridad, falta de autoestima, necesidad de aprobación, autoexigencia brutal, dificultad para la intimidad emocional y vacío profundo, procede de la falta de amor primario. Asumir que tu propia madre no te quiso y no te quiere es uno de los procesos psicológicos y emocionales más difíciles de superar y con consecuencias devastadoras en todos los órdenes de la vida. A esta indefensión crónica hay que sumarle la incomprensión de los otros, una sociedad dispuesta a mirar para otro lado ante una realidad tan antinatural. Aquellas mujeres que fueron criadas por estas madres tóxicas llegan a dudar hasta de su propia salud mental porque a años de maltrato emocional, de tortura psicológica, hay que sumarle el silencio y la falta de apoyos. Ya sabemos hoy por hoy en función de los numerosos estudios que se han hecho que la falta de amor parental crea estructuras psíquicas desorganizadas que afectan a muchas áreas de la personalidad. El rechazo y la falta de amor materno producen un estado crónico de avidez afectiva y un miedo patológico al abandono.
Durante su infancia tratará por todos los medios de ganarse la atención y la aprobación de su madre lo que derivará en una adulta que tratará por todos los medios de ganarse la atención y la aprobación del mundo. No se sentirá digna de ser querida, habrá aprendido que su valor está en lo que hace no en lo que es, la fragilidad y la inseguridad serán compañeras de viaje y, con frecuencia, pasará este perverso legado a sus hijos, cronificando así el círculo de la infelicidad y la dependencia.
Hay muchos ejemplos conocidos de personas que aunque han alcanzado éxitos sociales, laborales, económicos, y exponen al mundo una fachada impecable de éxito vital, son muertos vivientes poniendo toda su energía en llenar el abismo afectivo que llevan dentro; en nuestro día a día estamos rodeados de personas que tratan en vano de llenar ese vacío (que llamamos existencial, aunque realmente es afectivo) por los caminos más diversos, pero naufragando en lo personal con profundos sentimientos de vacío y soledad que produce la incapacidad para amar y ser amados.
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Buenos dias a tod@s. Esta situación que relatais no creo pille a nadie de sorpresa. Solo quiero señalar un error que, agobiadas por la situación con su madre, he visto cometer excesivas veces a las hijas hostilizadas. Buscan como sea un marido para escapar de esa casa atosigante (esto al menos ocurría antes demasiadas veces). Obviamente es cometer un tremendo error. Sin que tenga que ver con las caracteristicas del marido, el hecho es que se equivocan en la elección. Y se encuentran despues cogidas en una trampa a causa de ese error. Cuando a principios de este siglo indagué sobre las agorafobias, me encontré con algo que ya se sabía pero que los psicólogos lo tenían muy callado (o al menos yo no lo hallé explicado en ningún libro antes de llegar por mi mismo a esa conclusión) La agorafobia femenina tiene, muy a menudo, ese origen. Madre hostil.- Matrimonio errado para escapar a esa madre.- Desarrollo de la agorafobia en su 2º hogar (es como si la psique se negase a escapar por 2ª vez)
Bueno, ya os dejo.
Feliz de encontrarme de nuevo con todos vosotros
Buen verano !
Juan
JUAN LUIS ALLENDE DEL CAMPO
Maestro | Lic. Derecho | Grafólogo | Grafopatólogo | Escritor | Redactor | Científico | Investigador | Presidente | Director | Congresista | Miembro de honor@asociaciongrafopsicologica.com
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Carmen
Invitado25 julio, 2021 a las 2:06 pmNúmero de entradas: 679
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Jaime Santillana
Invitado26 julio, 2021 a las 7:50 amNúmero de entradas: 679Cada persona es un universo de combinaciones. Lo que está claro es, que casi nadie ha recibido la educación “perfecta”. Los mismos terapeutas de hoy día han partido de una base “imperfecta” puesto que sería, una minoria de padres, los que educarían en pro a lo recomendable hoy. Creo que somos fruto de una época más que, de unos padres “tóxicos”. Salud2.
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