DISCUSIÓN ABIERTA [Foro] Foros NOTAS DE PRENSA Sharenting: ¿Qué es y cómo afecta a nuestros hijos?

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    ¿Qué es el sharenting y cómo afecta a los hijos?

    Quizá hayas oído esta palabra y te preguntes qué es el sharenting. Se trata de un anglicismo compuesto de dos términos: share (compartir) y parenting (crianza o ser padres). Por eso, la expresión significa compartir en redes sociales imágenes e información de los hijos y su crecimiento.

    Descubre los efectos del uso de las redes sociales en la salud

    Subir fotos, comentar cumpleaños, eventos importantes… Algunos padres incluso crean y gestionan un perfil en redes para sus bebés o niños.

    Calcula el precio de tu alarma

    Antes, todo padre orgulloso enseñaba las fotos de sus hijos que llevaba en la cartera. Hoy, esa práctica ha aumentado, en ocasiones, demasiado. De hecho, según datos de la revista Time, muchos niños tienen más de 1.000 fotos suyas en la red antes de cumplir su quinto año de edad.

    ¿Cómo se dice sharenting en español?

    En realidad, no hay un término concreto que lo traduzca exactamente. No obstante, sí hay una consecuencia negativa que va unida al concepto: la sobreexposición, que a menudo se utiliza en nuestro idioma en relación con este término.

    ¿Qué es sharenting y qué no lo es?

    Compartir alguna foto familiar, o hacer algún comentario en redes sobre nuestro hijo, no es sharenting.

    La práctica se refiere al hecho de ir documentando y compartiendo de manera constante y abusiva la evolución del niño por parte de los padres. La diferencia está en la cantidad y constancia con la que se publica sobre los hijos.

    Como refleja la revista Time, se habla de sharenting al subir imágenes cada 2 o 3 días de forma continua. En cualquier caso, no existe una cantidad mínima establecida. Un único post que llega a viralizarse puede ser peor que 1.000 imágenes en la red. Es por ese motivo que no solo debemos controlar cuánto contenido compartimos sobre nuestros hijos, sino que también tenemos que controlar qué contenido.

    ¿Qué efectos tiene el sharenting en el niño?

    Los efectos y problemas principales del sharenting son de dos tipos:

    1-Problemas psicológicos para el niño.
    2-Problemas de seguridad para el niño.

    Efectos psicológicos del sharenting en los niños

    Un niño tiene reconocido el mismo derecho al olvido y a la privacidad que un adulto. De hecho, la propia UNICEF lamenta el hecho de que el sharenting se esté volviendo cada vez más habitual.

    Como la mayoría de las veces no se le pide permiso al niño, porque suele ser muy pequeño o el padre no es consciente, se vulnera ese derecho a la intimidad.

    Eso afecta al niño hasta el punto de que 1 de cada 4, según los datos, se sienten avergonzados, tristes, ansiosos y preocupados por lo que comparten sus padres sobre ellos.

    Hoy, las redes y la mensajería son tan importantes en la vida del niño que cualquier sobreexposición puede provocar bullying o malestar.

    Aunque es muy inusual, el mayor riesgo del sharenting es que uno de los posts compartidos en redes sociales se vuelva viral. De este modo sería casi imposible eliminar el contenido de Internet. Además, los contenidos virales suelen ser únicos o especiales. Esto los hace complejos para el estudio, de modo que se desconoce el alcance de los efectos que podrían tener en la vida del niño.

    Problemas de seguridad del sharenting

    Compartir demasiada información de los niños va dejando una huella digital imposible de borrar, que les puede afectar en sus vidas futuras de manera inesperada.

    Los principales problemas de seguridad que genera el sharenting son:

    Riesgo de sufrir fraude en el futuro:

    Por ejemplo,según un informe de Barclays, se estima que para 2030 los costes de fraude provocado por información obtenida en casos de sharenting asciendan a más de 870 millones de dólares.

    La metodología es sencilla: una persona crea un perfil falso en alguna red social y utiliza la información pública de la persona para hacerse pasar por un conocido o para manipularle según sus gustos, experiencias, etc.

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    Peligro de que el contenido circule en páginas no deseadas:

    Lo que es más grave aún, según el Comisionado Australiano de Ciberseguridad del Niño, es que la mitad de las fotografías que encuentran en círculos pedófilos han sido extraídas de las redes sociales de padres que comparten fotos de sus hijos.

    Riesgo de dar información extra a desconocidos:

    Demasiada información sobre el niño puede permitir a extraños acercarse y tomar confianza con él, fingiendo que los conocen. Esto puede facilitar prácticas de riesgo como el grooming.

    Evidentemente, ningún padre sube imágenes de sus hijos con mala intención. Es, en realidad, una consecuencia de la desinformación. Sin embargo, los efectos del sharenting no son inocuos.

    Por ese motivo, debemos tomar conciencia al respecto ya que somos responsables de la seguridad física y psicológica de los niños y no debemos someterlos a la sobreexposición.

     

    P R O S E G U R

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    • PsicoActiva
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      Sharenting, sobreexponer a nuestros hijos en las redes

      Redactado por Xavi Molas

      Verónica y Jaime practican el sharenting. Cada día suben fotos e historias de su hija de 3 años a las redes sociales. Los seguidores de sus redes pueden ver a su hija mientras duerme, mientras desayuna, mientras juega, mientras come, etc. Cada movimiento y cada acción que hace su hija lo consideran digno de retratarlo y subirlo a las redes sociales. En un mes pueden publicar hasta cien o doscientas fotos – o más- de su pequeña de 3 años. ¿Le suena al lector este tipo de historias? Veámos qué es el sharenting y en qué consecuencias puede tener.

       

      Sharenting

      Sharenting es una palabra compuesta de origen inglés. Procede de share, compartir y parenting, paternidad. Se trata de compartir de forma excesiva en redes sociales el día a día de los más pequeños. Es una práctica que se ha convertido en algo bastante normal, sin embargo, el hecho de que se haya normalizado no es sinónimo de que sea beneficioso. ¿Qué consecuencias puede tener compartir tanta información de los pequeños? ¿Dónde queda su privacidad? ¿Se están vulnerando los derechos de los niños?

      Consecuencias

      Emociones futuras de los pequeños. ¿Qué opinarán los niños cuando vean sus fotos dentro de unos años? Es importante tener en cuenta que los niños no siempre serán pequeños y en un futuro pueden reaccionar de forma negativa a la sobreexposición a la que han sido expuestos.

      Aprendizaje sobre las redes. ¿Qué le estamos enseñando a los pequeños sobre el uso de las redes? Los niños aprenden, sobre todo, por imitación y si desde pequeños los padres los sobreexponen en redes sociales posiblemente aprenderán que ese tipo de sobreexposición es normal, por lo que, ¿qué uso harán de las redes en un futuro? ¿serán un escaparate de sus vidas? ¿les estamos creando una falsa realidad? ¿basarán su autoestima en los comentarios y los «me gusta» que reciban en las redes? ¿les estaremos creando una adicción a los likes?

      Exposición a todo el mundo y huella digital. Cuando colgamos una foto o un vídeo en Internet perdemos el poder sobre ella. Cualquier persona puede cogerla y aunque la borremos más adelante esa foto ya estará en posesión de otras personas. ¿Y qué intenciones pueden tener terceras personas? No lo sabemos, pero pueden darse casos de extorsión. Por ello, es importante tener en cuenta la huella digital que dejamos y a quién exponemos la vida de nuestros niños.

      Derecho a la intimidad y la privacidad. Sería un tanto surrealista preguntarle a un niño de un año si quiere que colguemos una foto suya en la red, ¿qué dirá? Si es que dice alguna palabra. Incluso aunque los niños tengan 3, 4 o 5 años y les pidamos su consentimiento, desconocen realmente las consecuencias de estar tan expuestos. Por ello, los progenitores han de ser los que velen por su intimidad y privacidad. Muchas veces se cuelgan datos que pueden ser utilizamos por terceros: a qué escuela va, aficiones, dónde está y qué hace en cada momento, dónde vive… Aunque nos estos datos nos puedan parecer irrelevantes, existe la posibilidad de que los utilicen en nuestra contra.

      Una actitud responsable

      A continuación, se exponen tres puntos sobre los que es importante reflexionar antes de inundar nuestra red social con la cara de nuestro hijo:

      El niño es de sus padres, pero esto no es sinónimo de que deban publicar todo lo que hacen a lo largo del día. Los progenitores son los responsables de la exposición de sus hijos en las redes sociales ya que el pequeño todavía no es capaz de decidir por sí mismo. Así pues, es importante reflexionar sobre la privacidad del niño y del uso que estamos haciendo de su imagen.

      Si queremos compartir imágenes de nuestros hijos, ¿por qué no hacerlo a través de mensajes privados?

      Es clave pensar si realmente exponemos a nuestros hijos para que otros lo vean o para llenar nuestras redes sociales de «me gusta» y corazones. El niño no es consciente de lo que ocurre en internet, pero los padres sí. De este modo, es posible acabar siendo adicto a los «likes» usando para ello a nuestros hijos.

      Reflexión final

      Aunque los padres no sean conscientes del efecto a medio y largo plazo del sharenting es importante caer en la cuenta de que el niño un día será grande y quizá no esté orgulloso de lo que han expuesto sus padres. De hecho, pueden llegar a sentir vergüenza, tristeza, ansiedad y preocupación. Sobre todo, hay que tener en cuenta que lo compartido de los niños deja de ser nuestro. Esto es, aunque el niño crezca y lo borremos todo, hay gente que se ha podido quedar con esa información. ¿Qué sentirá y pensará nuestro hijo/a en el futuro si quiere borrar sus datos de la red pero sus padres los han sobreexpuesto?

      Por otro lado, caemos en el peligro de enseñar a nuestros hijos una relación disfuncional con las redes sociales, esto es, que su autoestima dependa de la aprobación ajena. Nuestros hijos han de aprender una relación sana con las nuevas tecnologías, por ello es fundamental controlar su uso y no olvidar que a los niños les gusta correr y jugar con amigos de su edad. Como destaca el equipo de Fco. Javier Hinojo en una investigación realizada en 2020 sobre el sharenting: los adultos a menudo no tienen en cuenta la perspectiva del otro, ya que las fotografías presentan información sensible que puede generar sentimientos de vergüenza y frustración en los afectados.

      De este modo, se pone de manifiesto la falta de empatía de muchos padres hacia sus hijos en favor de una exposición directa en redes sociales. El equipo de Hinojo también señala que los adultos españoles encuestados no son conscientes de los riegos que entraña este tipo de prácticas para la seguridad del menor. Así pues, es necesario ver qué consecuencias puede tener la exposición desmesurada de nuestros pequeños antes de llevarla a cabo.

       

      Bibliografía
      Hinojo, F.J. et al. (2020). Sharenting: adicción a internet, autocontrol y fotografías online de menores. Comunicar, 64 (28), 97-108.

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    • Jaime Santillana
      Invitado
      Número de entradas: 643

      Estoy de acuerdo con lo que exponéis. Yo no lo veo positivo, pero como nos dirigimos a otro tipo de forma de vida. No sabemos si es bueno o es malo. Los selfies podrían ser malos para la salud mental y sin embargo, es una costumbre de postureo. No se si es bueno pensar como en el 2010 o empezar a mentalizarse que esto es progresivo y paulatino, por parte de todos. Están ocurriendo muchos comportamientos en los que todos estamos participando sin ser conscientes porque nunca lo hemos vivido. Suceda lo que suceda, somos protagonistas materiales, tanto haciendo como contemplando. Compramos el pasado, el presente y el futuro. Cada cual que apechugue con la voluntad de sus actos. En Andalucía hay una frase popular que dice, «dime de que presumes y te diré de qué careces» jjjjaja Una escuela para padres no vendría nada mal. Los niños se harán mayores e imagino que no les gustará. Salud2. Jaime

    • Dominga+de+León
      Invitado
      Número de entradas: 643

      La intimidad necesita ser respetada.  Cada uno ve según el color de su mirada.  Esto se da frecuentemente.  Al aplicar nuevas experiencias el control es necesario., más aun con los chicos, tienen una forma más abarcativa e instántanea en la observación. Estamos lejos de interpretarlos es bueno prestarles atención, escucharlos, antes de resolver por ellos..

    • Susana Cubas
      Invitado
      Número de entradas: 643

      Esto no escapa a la disyuntiva social. Es una muestra de algunos menores, los niños youtubers, pero que no está exento de polémica por la sobreexposición. Son grabados por sus padres, los menores escenifican distintas actividades o abren las cajas de juguetes o juegan a videojuegos y durante un buen rato juegan con los productos. En algunos casos se ha convertido en casi un trabajo. No es que el niño grabe un vídeo porque le gusta o le apetece, sino que es un adulto el que le dice lo que tiene que hacer. Sin considerar, los efectos nocivos que puede tener para estos menores la sobreexposición y la sensación de vivir en un mundo irreal de galeria. Y eso es lo que ven los suscriptores, en muchos casos, niños muy pequeños hasta infantojuveniles, cuando deberían tener amigos y fomentar su relación interpersonal.

      Pero la realidad es que internet ha avanzado mucho más rápido que las leyes y no hay una regulación al respecto y los padres no son conscientes del todo. La intimidad es un derecho innato. Cuando estos niños sean mayores y se encuentren con que su vida ha estado expuesta, muchos van a decir que no lo han consentido y que ahora les está afectando.

      A partir de los 14 años los niños pueden ejercer el derecho a su propia imagen, pero antes son los padres o tutores legales, los que autorizan. El riesgo está en generar unas expectativas y que el niño acabe frustrado, porque cuando quiera dejar de participar en los vídeos sienta que no tiene escapatoria porque tiene un perfil lapidado por los efectos de la fama a una edad temprana y por las dificultades a la hora de diferenciar entre su vida pública y la real (por su propio cambio de ciclo vital). Se cree que a medio plazo estos pequeños pueden desarrollar complicaciones como el hecho de no saber valorar lo que son o estar alejados de la realidad.

      Son los padres los primeros que tienen la obligación de proteger a sus hijos sin exponerlos al publico. En este caso, los padres deben de preguntarse si el menor está siendo instrumentado y si tiene la suficiente madurez como para aceptar las críticas. Es importante pensar en el futuro de sus hijos y si les va a gustar tener esa huella digital de su pasado. Los niños son personas vulnerables y manipulables que en un futuro serán adultos. Se sabe que los pocos casos sucedidos en la historia, sobre niños que han tenido cierta exposición «mediática» desde muy pequeños, a posteriori de mayores, han tenido vidas muy complicadas, problemáticas y desgraciadas.

      • Jaime Santillana
        Invitado
        Número de entradas: 643

        Todo sigue su curso POR MUCHO que pataleemos. Es la fuerza popular quien marca el camino de las «costumbres abusivas». Siempre ha sido así. Es la educación o la falta de la misma, pero educación al fin y al cabo.

    • Dominga+de+León
      Invitado
      Número de entradas: 643

      Desde que empecé a tratar de que se aceptase el conocimiento grafológico, la inquietud estaba en acercarse a los adolescentes cuando  se dá el cambió hormanal.

      Hoy, ya puede ser tarde.  Gracias por hacer estos cuestionamientos.  Es imprescindible y urgente.  Abrazos

      • Jaime Santillana
        Invitado
        Número de entradas: 643

        No sabemos si es tarde. Lo que está claro, que se está trabajando la parte límbica y reptiliana del cerebro y usamos poco o bastante menos la parte neocortex cerebral. Se hace mas uso de las emociones que del raciocionio o los valores.

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