¿Qué le diría a mi hijo de 20 años?

Hasta los 20 años es fácil, después de un curso viene otro y así sucesivamente, Pero a los 20 llama a tu puerta una sociedad compleja llena de elevadas expectativas en todos los terrenos.

Frente a la actual imposición de ser feliz y gozar, fue Sócrates el que al entrar en un bazar dijo: “cuantas cosas no necesito”. “El bien no está en los objetos externos como así nos han hecho creer.” Hay cosas que dependen de nosotros y otras que no, y no hay más remedio que centrarse en lo que podemos controlar.

Mira en ajustes del móvil cuánto tiempo dedicas a las Apps, a Instagram (es el nuevo bazar) y recuerda que es básicamente tiempo muerto donde tú eres el producto a consumir. Séneca recomendaba sentarse por la noche a escribir, la cuestión es que seguro que tú puedes hacer algo que por las noches te dé paz.

Hay que leer, sí, -aunque también vale resolver fórmulas matemáticas, tocar un instrumento, o contemplar- pero sobre todo, lo sano es poner palabras y dar significado a las cosas.

Hace poco el presidente del gobierno hablaba de Lamborghinies o no sé qué gaitas, pero, sin lugar a dudas la riqueza más grande que puede atesorar una persona en la vida es tener un hijo y ojalá tengas muchos.

La gente con mejor Salud Mental es la que está mejor vinculada a su entorno, con su familia, incluso sabemos que las personas más felices tienen más amigos fieles y estables. El bienestar pasa por cuidar al máximo los vínculos y no olvidar que perteneces a una cultura -en nuestro caso la hispánica- con unas raíces milenarias y magníficas.

En la otra parte de la balanza está el que escuches tu deseo y a dónde te pueda llevar.

El experto en drogas Antonio Escohotado, decía que la vida es una combinación de suerte y tenacidad. La suerte existe, pero la disciplina y virtuosismo dependerá de ti.