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Debate
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Vayamos por partes:
¿Material en desaparición o el material de un futuro más sostenible?
Redactado por Ángeles Álvarez
Aunando la innovación en nuevas aplicaciones con su carácter natural, renovable, reciclable y biodegradable, el papel y el cartón están sustituyendo a otros materiales en numerosas aplicaciones.
Pajitas para bebidas hechas de papel; cápsulas monodosis de café compostables; bandejas alimentarias compostables para restauración, catering y comida para llevar; bolsas de supermercado reutilizables, reciclables y biodegradables; barquetas de cartón para la venta de productos frescos en tiendas o bolsitas de té 100% de fibras de celulosa son solo algunos de los productos papeleros que la industria está desarrollando y poniendo en el mercado para dar soluciones a las necesidades del consumidor responsable.
En el ámbito de los envases, según los estudios más recientes, hay un importante potencial de sustitución: el 25% del uso actual de materiales no renovables en envases podría reemplazarse por papel y cartón, sin comprometer la funcionalidad. Y en el sector del comercio electrónico el potencial de sustitución con soluciones de embalaje de cartón ondulado asciende al 75%.
Y por lo que se refiere al libro en papel, lejos de desaparecer, las Encuestas de Hábitos y Prácticas Culturales del Ministerio de Cultura detectan una preferencia creciente en la última década por el soporte papel, favorito para el 62% de la población lectora.
¿Fábricas sucias o tecnología limpias?
Alguna vez habremos oído decir que las fábricas papeleras son “fábricas sucias”, cuando en realidad La industria papelera española contribuye a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (ODS) y especialmente a la producción y consumo responsable (ODS12), con el uso eficiente del agua y la energía y la circularidad en la gestión de los residuos del proceso.
El sector utiliza un mix de combustibles basado en la biomasa (33% del combustible total) y el gas natural (66%). La energía eléctrica necesaria para mover la maquinaria y el vapor para secar la celulosa y el papel los produce el propio sector en plantas de cogeneración, un sistema de muy alto rendimiento, que ahorra energía primaria y reduce las emisiones. Las emisiones totales de CO2 del sector son hoy un 25% menos que hace 15 años.
En cuanto al agua –siempre con datos de ASPAPEL-, en el proceso papelero solo entre un 5% y un 10% del agua empleada se consume y el 95% restante se devuelve depurada. El uso total de agua es hoy menos de la mitad que en 1990 y se ha reducido un 9% en los últimos cinco años.
Finalmente, el 79% de los residuos del proceso se valorizan (valorización energética en la propia fábrica, uso directo agrícola y aplicación sobre suelos, compostaje, materias primas en otras industrias….).
Frente a los mitos y las leyendas urbanas, los datos contrastados demuestran que las bio-industrias, que como la papelera -a partir de materias primas naturales y renovables- fabrican productos reciclables y con una menor huella de carbono, son las industrias del futuro.
Migración del papel – La transformación digital
Redactado por Manuel Alinque . Director de Business Process Services en Ricoh España
En Ricoh ya somos motores de esa migración al mundo digital, al mundo de la comunicación omnicanal, personal y relevante, que consigue ganar la batalla por la atención del consumidor final. Este es el auténtico reto del futuro: conseguir diferenciarnos en un escenario donde todos vamos a vernos cada vez más bombardeados con comunicaciones más adaptadas a nuestros hábitos y preferencias, con contenidos cada vez más atractivos y relevantes..
La conclusión es que no, las comunicaciones en papel no van a desaparecer por el momento. Van a migrar en su tecnología de producción, en su función dentro del mundo digital, generando contenidos en papel personalizados e individualizados en función de las preferencias del consumidor en internet, y en su diversidad de aplicaciones. En otras palabras, el término paperless (sin papel) va a implicar menos papel pero no la eliminación del papel. La transformación digital conlleva el uso de un papel diferente, más personalizando, más relevante y de mayor calidad. El volumen total caerá, pero no va a desaparecer, en absoluto. Se transformarán en, por ejemplo, catálogos, promociones, o “packs” de bienvenida en papel con mensajes y contenidos más segmentados a nivel de marketing, incluso individualmente.
La transformación digital y la omnicanalidad son procesos agregativos, no sustitutivos. Del mismo modo en que algunas de las mayores fuerzas de venta tradicionales están en empresas nativas digitales, como Google o Salesforce.com, que figuran en el puesto 26 y 38 de las mayores fuerzas de venta humanas del mundo. Las organizaciones ya están comunicándose con sus clientes a través de diferentes canales: las redes sociales, la web, el e-mail, los sms, las aplicaciones móviles y, sí, también a través del formato papel.
El cambio ya se ha iniciado. Actualmente, se estima que aproximadamente unos 100 millones de kilómetros de papel se producen anualmente con tecnología de impresión digital. Una tecnología que posibilita el uso intensivo del color y la personalización para el receptor final en todas las comunicaciones, así como la reducción de las largas tiradas tradicionales hasta algo más cercano a la producción en el momento en que se genera la demanda, reduciendo inventarios obsoletos y dando una libertad y agilidad sin precedentes al proceso de edición, sea en modo industrializado o de autoproducción.
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