-
Debate
-
La verdad es que aunque duela reconocerlo, este mes de Agosto me he terminado de convencer que en España se ha instalado tal grado de estupidez colectiva que se pone en serio riesgo no sólo la continuación de la Democracia, sino la pervivencia de la propia estructura del Estado de Derecho. En este país se han multiplicado los idiotas, lerdos, ignorantes que aparecen como silentes corderos que repiten los muy calculados eslóganes y manifiestos que les preparan aquellos que se han propuesto cargarse nuestra cultura, civilización y de paso, a este país llamado España.Esa nueva casta de destructores antisistema, claro está, sabían que no podían prosperar en una nación preparada, culta en la que imperara la inteligencia; han esperado a que fuera gobernada por mediocres, débiles y cobardes que les dieran cabida en las instituciones y ahora se apoyan en ese clima de oportunismo, relajación moral, necedad y estulticia generalizada para seguir propagando su cáncer, con la ayuda de medios de comunicación pringados en esos objetivos, siendo parte del problema, y que nos venden que todo lo que no sea plegarse a esa epidemia zombi de descerebrización, constituye una muestra de odio e intolerancia intolerable.Por un lado, los independentistas siguen a lo suyo, sin que nadie sea capaz de pararles los pies a través de lo medios legalmente previstos para la defensa de la unidad de España. El gobierno sigue con su política de tancredismo suicida, esperando a ver lo que sucede el 1 de Octubre, dejando que avance un proceso que constituye una amenaza, no potencial, sino real y sería, contra nuestra pacífica convivencia, sobre todo la de una buena parte de la sociedad catalana que, no sólo por razones patrióticas, sino por razones inteligentes más materiales de coherencia e interés comercial y económico, vive en la zozobra que provoca esa pasividad, omisión y dejación de funciones y competencias, que se ha intentado soslayar pasándole palabra al Tribunal Constitucional.Luego está la amenaza, también real y sería, del terrorismo yihaidista. Unos musulmanes que se han tomado al pie de la letra la sura que ordena la degollina del infiel y que se han empeñado en la islamización de Europa. Una gran parte de musulmanes, no todos por supuesto, que a diferencia de otros inmigrantes que hemos acogido, no pretenden integrarse sino que quieren transformar nuestras sociedades para que se parezcan a las de las que huyen, creando ghettos en los que se aplica la Sharia, que les gustaría extender al resto del continente, que están invadiendo a través de una superioridad demográfica que les proporciona el vientre de sus mujeres y una política de recepción de fugitivos sin ningún control y en la que nos están colando peligrosos y sanguinarios terroristas.La actual situación hubiera sido impensable hace 20 años, pero ahora no, porque los idiotas han ido ganando terreno y perdonan y abrazan sin saber que se nos ha declarado una guerra en la que ellos van perdiendo, y lo peor es que, junto a ellos, el resto que nos damos cuenta porque no hemos sucumbido a su necedad. El riesgo se hace patente en crueles atentados que acaban con la vida de inocentes, víctimas que no obstante, se justificarían para esa nueva sociedad de idiotas, en la que muchos aún nos resistimos a ingresar, y para la que defenderse de los asesinos y el entorno que les ampara, es muestra de odio e islamofobia. A esos potenciales asesinos los hemos de cuidar, mantener con generosas pensiones de las que nos disfrutan ciudadanos que han trabajado toda su vida, para después dejar que nos odien y maten. No quieren nuestra solidaridad, lo quieren todo y hasta que no lo obtengan y nos aniquilen, nos odiarán . Pese a ello, son sus familias las protagonistas y no las de las víctimas. Hoy si ETA, Dios no lo quiera, volviera a su actuación criminal armada, probablemente habría quien abrazaría a las familias de los asesinos y a éstos les tendría como héroes libertarios. De hecho, ya hubo quien los tuvo por tales, pero entonces esos proetarras eran considerados como una escoria marginal que hozaba en la ilegalidad. Al igual que cualquier separatista mal nacido que se atreviera a denigrar a España, su bandera, su himno o su Rey.Y por último, hemos tenido que soportar el circo del caso de la presunta delincuente Juana Rivas, protegida por el aquelarre de género, que, al igual que los separatistas catalanes, los radicales de extrema izquierda, con los que comparten principios, piensa que están por encima de la ley. Ni las leyes internacionales, ni las resoluciones de los jueces, ni nada, puede contrariar la denominada perspectiva de género de la que viven una legión de asesoras que odian a los hombres. Esas que nunca les han amado, porque no han conocido o no han querido conocer varón, o a las que algunos hombres han amado mal, muy mal. Basta una denuncia para que un padre pueda y deba ser considerado como maltratador. La sociedad alienada e idiota desconoce que hoy por tal puede ser tenido cualquiera que haya discutido con su esposa o pareja o se haya atrevido a ponerse incomodo a la hora de reclamar cumplir sus obligaciones como padre. Hoy el único padre bueno es el que se somete y si se separa el que paga sus pensiones y se olvida de sus hijos.Y lo peor es que esa situación de estupidez colectiva actúa como una bebida energética que da alas a los separatistas, los terroristas yihaidistas y a tantas malas madres que utilizan a sus hijos. España necesita, en conclusión, una vacuna contra ese mal endémico, pero antes que eso, requiere que su sociedad perciba que se encuentra enferma.
Geplaatst door sencillezyorden.es op Woensdag 30 augustus 2017
FRANCISCO SERRANO CASTRO
Magistrado | Abogado | locutor y director de 'Justicia Social' en RSXXI
Redactor y director del periódico digital 'XYZ'@despachoserranoabogados.com
@xyzdiario.com/author/francisco-serrano
@radiosapiens.es/category/justicia-social-2
@sencillezyorden.es/users/francisco-serrano-castro/favoritesLIBRO ESTRELLA:
@sencillezyorden.es/libros-estrella/la-dictadura-de-genero
- Debes estar registrado para responder a este debate.