-
Debate
-
Probablemente si ha tenido una familia amable, afectuosa y que le apoya, no se sienta identificado con las siguientes líneas, pero si usted ha sufrido abusos y problemas graves de diferente índole no le sonará nada extraño lo que contaré a continuación. También, dentro del ejercicio de la transparencia, he de reconocer que para entender algo no es necesario vivirlo, las posibles identificaciones ayudan a comprender pero también pueden restar objetividad. Sea como fuere, la idea es bastante sencilla: ¿qué ocurre cuando una persona se queda sin trabajo y por si fuera poco carece de apoyo familiar? Pero la dificultad se adensa cuando las personas, además de lo dicho, enferman. Tenemos que reconocer que las personas somos vulnerables. La cultura europea es bastante contraria a esta idea de la dependencia, los griegos hablaban de Diógenes, ejemplo de la autosuficiencia, o Aquiles, invencible salvo por su talón, que precisamente fue por donde su madre lo introdujo en el río Estigia para hacerlo invencible, los estoicos por no pedir no pedían ni favores. Todo lo que genere dependencia está mal visto. El hombre occidental debe ser autónomo por naturaleza, pero ese prototipo de hombre occidental y neocapitalista además, está obligado a poder con todo y, en no pocas ocasiones, le enseñaron a avergonzar al que no es así y de paso, avergonzarse así mismo si no consigue tan anhelado objetivo de autonomía personal, recientemente el ensayo del joven Británico Owen Jones nos pone en la pista de qué es lo que ocurre cuando se estigmatiza a una clase social. En ese circo, el occidental se ve confrontado con esa posibilidad de enfermar, se ve confrontado con la vulnerabilidad que nos constituye, y en resumidas cuentas, nos encontramos con ese cóctel tan temido, soledad, desempleo y enfermedad grave a modo de desagradable guinda final. Escribo esto porque soy de los que defiendo que cuando alguien está tirado en la calle, y no quiere estar en esa situación, es la sociedad la que debe darle un empujón en forma de ayuda. He visto durante muchos años que salir de la espiral de la pobreza y la profunda precariedad sin ayuda alguna es prácticamente imposible. De acuerdo con el sociólogo americano R. Sennett, «Un régimen que no proporciona a los seres humanos ninguna razón profunda para cuidarse entre sí no puede preservar por mucho tiempo su legitimidad». En este caso son fundamentalmente las O.N.G. las que silenciosamente y en la medida de sus ajustadas y escasas posibilidades están aportando alguna solución. Como todos los años, siguiendo ya una larga tradición, daré mi premio al buen hacer a una institución burgalesa que se dedica a recoger a este tipo de personas. Haciendo un ejercicio de memoria recordamos que el año pasado el premio se lo llevó Betania por otros motivos que ya expuse en este periódico, en este nuevo 2016 Betania pasa el testigo a la Casa de la Encina, una oenegé que trabaja con enfermos de VIH situada, casualidad o no, al lado del Centro de Enfermedades Raras. Hay lugares que no tienen lujos, que nunca serán ricos económicamente, y probablemente sus gentes no sean famosas, pero por lo menos merecen un fuerte reconocimiento y aprobación por parte de la sociedad.Fernando Pérez del Río
FERNANDO PÉREZ DEL RÍO
Dr. en Psicología | Consulta privada de psicología
Profesor de la Universidad de Burgos
www.burgospsicologia.es
-www.radiosapiens.es/podcast/burgos-psicologia/
www.sencillezyorden.es/usuarios/fernando-perez/favoritos/
-LIBROS ESTRELLA:
www.sencillezyorden.es/libros-estrella/el-espejismo-del-yo/
www.sencillezyorden.es/libros-estrella/amor-en-cortocircuito-ensayo-sobre-las-relaciones-toxicas-y-dependientes/
....
- Debes estar registrado para responder a este debate.