El Santo Padre y el Eneagrama

El Santo Padre, Francisco, habla sobre el Eneagrama:

 

 

Es importante discriminar bien cada una de sus palabras para que no queden fuera del contexto en las que se pronunciaron.

 

En primer lugar (doy fe de esto por mi trabajo con Mons. Quarracino en la Secretaría del Celam), el Santo Padre conoce perfectamente el sistema eneagramático, ya que en Buenos Aires, él mismo aprobó – cuando era Provincial de los Jesuitas – los cursos en la Iglesia del Salvador que dictaba el Padre Raúl Bradley (continuados hoy en día a través del Centro "En Todo Amar Y Servir" en la misma Iglesia), como así también los dictados por los profesores, sacerdotes y laicos, del Colegio Máximo de San Miguel, Buenos Aires, donde Su Santidad, en ese momento Mario Bergoglio, era su Rector. Recuerdo a varios docentes de esa época, cuando cursaba Filosofía con ellos.

                                                             

Padre Raúl Bradley

 

En segundo término, el Papa está hablando no solamente como Padre de los Padres a los Obispos del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), sino también como jesuita. Y les recrimina – muy objetivamente – a los sacerdotes y obispos que dictan los Ejercicios espirituales de San Ignacio, desvirtuar a los mismos de su finalidad espiritual y reducirlos a puro psicologismo. Expresa textualmente, usando el "voceo" argentino: 
 
 

 

 

Y esto es absolutamente correcto. Me parece de un criterio y abordaje epistemológico extraordinarios.

 

Francisco evita que se confunda la esencia de los Ejercicios Espirituales Ignacianos (que radica exclusivamente en un “coloquio con Cristo” en absoluto silencio), con la hermenéutica psicologista que intenta reducir todo lo que encuentra a su paso a una enclenque Psicología empírica.

 

Francisco es consciente de esto y lo advierte. Cada cosa debe estar en su lugar.

 

 

Tomemos, por último, una variable de ejemplo: para la gran mayoría de los católicos, los Ejercicios Ignacianos (que actualizan la experiencia de conversión espiritual que vivió San Ignacio de Loyola siendo laico) es el “sistema” más completo para encontrar el sentido a la vida y, simultáneamente, darle a la vida una plenitud de sentido. ¿Por qué “modificar” un sistema tan bello que la espiritualidad ha legado a nuestro tiempo con otro ajeno a su naturaleza?

 

Y, análogamente, el Eneagrama nos ofrece la maravillosa oportunidad de encontrarnos con una “Esencia” que también nos plenifica y nos permite evolucionar a una conciencia superior. El sistema no necesita de la espiritualidad ignaciana. ¿Qué pasaría si decidimos “aggiornarlo” con metodologías ajenas al mismo como, por ejemplo, las jesuitas?. Estaríamos cometiendo el mismo error reduccionista. 

Los Ejercicios Ignacianos deben respetar la metodología de su creador.

El Eneagrama debe respetar su mirada pluralista y ajena a toda adherencia religiosa.

 

Caso contrario se hace una “chapucería”, una agria crema pastelera imposible de digerir. O, como dicen en el norte de mi país, “ni chicha ni limonada”. 
 
Conociéndolo, sé que le hubiese gustado utilizar esta expresión.

 

Julio Cavalli*