El arte de separar a la gente

En estos últimos años la gran mayoría de los Trabajos de Fin de Grado TFG de los cuales he sido tutor en la universidad trataban del género.

Parece que no hubiera más temas en el mundo. No se investiga cómo acompañar a los ancianos octogenarios que viven la España vaciada en situaciones desoladoras, no se investiga por qué no se tienen hijos siendo un problema de primerísimo orden donde nuestro futuro está en juego, o nuevos métodos de aprendizaje para niños…. En mayor medida, casi solo se investiga “el género”.

Dando puntada al desgarrón he de añadir que lo verdaderamente sorprendente es que, todos y cada uno de estos trabajos TFG estaban enfocados a buscar las diferencias, a la separación, a denunciar al hombre lo antes posible, a buscar lo diferencial en lo cultural o biológico.

Y ninguno de estos trabajados de género trataba de mediar, juntar, unir, ni uno solo trataba de fortalecer los vínculos para poder tener hijos o solucionar los problemas de relación para no divorciarse. Estamos sin duda alguna ante la cultura de la separación.

El segundo ejemplo se produce en mi consulta, no pasa un mes que me encuentre a un nuevo paciente que me dice lo siguiente: -yo estuve en otro psicólogo psiquiatra-, y el clínico me dijo que tenía que ser egoísta, pensar solo en mí mismo.

Pues bien, en primer lugar y como resulta obvio, estos pacientes no se curaron y han tenido que recurrir a otro profesional.

Puede ser que alguna persona por alguna circunstancias excepcionales tenga que pensar un poco más en sí misma. Pero de lo que no cabe duda, es que nunca en la historia del la humanidad ha ocurrido algo como lo que está ocurriendo ahora.

Nunca las personas se habían centrado tanto en sí mismas en un individualismo tan egótico. Así que la recomendación más general que puede hacer un sanitario es justo la contraria: en vez de pensar tanto en sí mismo viene a bien recordar que sí hemos subsistido como especie es por la ayuda de la familia y los fuertes vínculos entre las personas.

Somos seres sociales, y la otra postura lleva a la soledad y a la decadencia.

Autor del libro: “El espejismo del yo”