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Debate
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Aprender con tu emoción es una forma de crecer. Saber gestionarla es expresarla sin dañarte a ti ni a nadie y transformar la rabia en aprendizaje es sanarte a ti mismo desde tus huellas internas más profundas. Cada día estaremos aprendiendo, si dedicamos un tiempo a observar y reconocer nuestras emociones. Es importante aprender a gestionarlas, tanto como aprender de ellas, de su origen y su motivo, para que no vuelvan a dañarnos ni a causarnos malestar.La rabia es un sentimiento que al igual que la ansiedad afecta emocional, cognitiva y fisiológicamente. El detonante suele ser la creencia de que uno ha sido deliberadamente provocado. La rabia puede ser un motor para afrontar retos y defender se algunas situaciones, el problema es que también refleja dolor, frustraciones y miedos. La ira, la rabia y enfado no son ni buenos ni malos, normalmente lo bueno o malo surge de cómo gestionamos estas emociones. La rabia nos puede animar a pelear por un objetivo, o nos puede hacer sentir permanentemente enfadados, incluso cuando no hay nada que lo justifique. Es una emoción que se siente intensamente en nuestro interior. Podría generarnos, entre otras sensaciones somáticas, un bloqueo en el estómago o un nudo en la garganta y es probable que no sepamos cómo resolverlo adecuadamente.La rabia nos empuja a liberar energía, a exteriorizarla porque convierte a nuestro interior en una especie de olla a presión. Cuando no abrimos una canal para que se evapore puede causarnos mucho daño, contaminando al resto de emociones, pensamientos y conductas que generemos a partir de ese momento.
Si no resolvemos esta emoción dolorosa, nos sentiremos bloqueados, sufriremos y acabaremos sintiendo también frustración, impotencia e indefensión. Como cualquier emoción, somos los responsables de ella y nadie es el culpable de la misma, a pesar de que nosotros sí la asociemos o la proyectemos sobre alguien.
En realidad, cuando sentimos rabia algo está ocurriendo en nuestro sistema nervioso, en nuestra sangre y, por tanto, en todo nuestro cuerpo. Con esta emoción se remueven nuestras hormonas y neurotransmisores, movilizándonos para la acción. Sin embargo, tenemos que aprender con ella, para no dañarnos.Esta puede ser dirigida contra los demás y contra sí mismos. En cualquier caso es destructiva cuando no sabemos cómo resolverla. Si nos dejamos arrastrar por ella de forma impulsiva, nos hacemos daño a nosotros mismos o a otras personas. Por otro lado, si la reprimimos igual que si fueran residuos radioactivos, queda anidada en nuestro interior, creciendo con el paso del tiempo y dañándonos en nuestra propia imagen.
¿Qué causa rabia y enfado?Las frustración y la percepción de injusticia son los motores más frecuentes. La intensidad está determinada por diferentes factores: los niveles de estrés, las estrategias aprendidas a lo largo de la vida, el tipo de personalidad, los sentimientos de rechazo, la percepción de sentirse impotente, las exigencias y expectativas sobre el mundo que les rodea, el perfeccionismo…A algunas personas les resulta muy difícil expresar rabia y enfado. Pueden presuponer que la rabia no debe expresarse abiertamente. El enfado mantenido y no expresado se asocia frecuentemente con diferentes somatizaciones como presión arterial alta, dermatitis, alopecia, problemas gástricos y migrañas, además de ansiedad y tristeza.El ejercicio explosivo y el cansancio que se derivan de él puede ser muy beneficiosos a nivel paliativo, si bien no resolverá la causa de la rabia, suavizará algunos síntomas temporalmente.La rabia siempre nos indica que tenemos alguna insatisfacción personal, algo no resuelto que incluso puede venir desde la infancia. Para descubrir su origen real, sería conveniente observar en qué situaciones aparece y en cuales permanece dormida.Es probable que todas las situaciones tengan algo en común, ya que con frecuencia esta emoción encubre insatisfacción, dolor, expectativas no cubiertas, sentimientos de inferioridad, abandono, frustración, falta de apoyo, búsqueda de la perfección, etc..Si observamos nuestra rabia, esta nos mostrará donde tenemos que trabajar, quizás para fortalecernos, aceptar el fracaso, respetar como son los demás o para sentirnos satisfechos. Solo entonces dejaremos de sentir esta emoción desagradable.Síntomas asociados a la rabia.Pérdida de control, problemas con personas derivados de las explosiones de ira, enfados mantenidos…El tratamiento psicologico de la rabia cronificada, de la ira es eficaz en la medida en la que la persona está realmente motivada para realizar algunos cambios en su vida. Un psicologo clinico es el más adecuado para abordar estos problemas.Es importante saber gestionar y afrontar la rabia de una forma adecuada, cuando esta ya se encuentra en ti. Tienes que evitar daños personales y ajenos, al mismo tiempo que consigues y sientes el alivio de poder expresarla. Esto tiene que ver con la inteligencia Emocional, es decir, saber expresar, resolver y afrontar sin lastimar a nadie.
Para ello, busca una actividad física que te permita “sacar la rabia” y durante el esfuerzo físico, imagina que sacas la rabia que te daña, sintiendo el alivio del ejercicio. También puedes patalear, golpear una almohada e incluso lanzar piedras y visualizar cómo termina tu rabia al finalizar estas actividades.
Puedes también elegir un lugar seguro, donde puedas gritar y expresarte sin que nadie te oiga, puedes decir en voz alta todo aquello que te ayude a liberarla, sabiendo que nadie va a recibirlo. Después de esto te sentirás más aliviado del malestar que habitaba dentro de ti.La Cuestión“La rabia es muy perjudicial para todo el mundo, pero sobre todo para la persona que la experimenta.” Pero… ¿Qué nos dice la grafología y demas disciplinas de la mente humana a este respecto?Nos seguimos leyendo…Geplaatst door sencillezyorden.es op Vrijdag 12 mei 2017
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