-
Debate
-
El ANTES: promesa histórica
En 2020, la Unión Europea lanzó el programa Next Generation EU (NGEU) como respuesta a la pandemia y a la crisis económica que esta provocó. España se convirtió en uno de los principales beneficiarios, con una asignación de 163.000 millones de euros.
El objetivo era ambicioso:
• Reconstruir la economía y modernizarla.
• Impulsar la digitalización y la innovación tecnológica.
• Promover la transición ecológica y la sostenibilidad.
• Mejorar la eficiencia y la modernización de la administración pública.El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) aprobado en 2021 prometía cambio estructural y progreso tangible para la sociedad. Sin embargo, desde el inicio surgieron dudas: la complejidad burocrática y la gestión fragmentada entre ministerios y Comunidades Autónomas podrían desviar los fondos de su propósito original.
El AHORA: gasto burocrático y sostenimiento del funcionariado
A finales de 2024 y principios de 2025:
España había comprometido más del 80 % de los fondos, pero la ejecución efectiva apenas superaba el 30 %.
Los logros existen, pero representan solo una fracción del total:
• Vivienda social: ejecución efectiva del 32,7 % del presupuesto asignado, aunque el 95,4 % estaba comprometido.
• Energías renovables: aproximadamente 4.500 millones de euros ejecutados de 43.600 millones asignados a los PERTE (~10 %).
• PERTE totales: ejecución de 16.000 millones de euros sobre 43.600 millones comprometidos (~36,6 %).
La mayor parte de los fondos se ha utilizado para sostener la propia estructura pública:
• Cursos de formación y capacitación del funcionariado.
• Digitalización interna, talleres y consultorías administrativas.
• Expansión de oficinas y estructuras burocráticas ya existentes.Gran parte de este gasto ha sido consumo administrativo, con escaso impacto real en la ciudadanía o la economía productiva. La formación del personal público, aunque financiada con millones, no siempre tiene efectividad práctica, y el dinero europeo termina reforzando un sistema que ya depende, en sí, de la sociedad y de las empresas privadas para sostenerlo.
Es relevante observar que en muchos programas de formación la participación de inmigrantes es significativa, mientras que la participación de ciudadanos españoles con menos recursos es limitada. No es un juicio: es un hecho que refleja cómo la distribución del beneficio no siempre alcanza a toda la ciudadanía por igual.
El DESPUÉS: la cuenta atrás hacia 2026
El 31 de diciembre de 2026 es la fecha límite para ejecutar los fondos.
Si se mantiene la tendencia predominante hacia gasto burocrático y formación del funcionariado sin impacto real, España podría terminar con:
• Una administración más grande y mejor formada, pero sin cambios profundos en la economía ni en la sociedad.
• Proyectos, informes y cursos que existirán solo en papel, sin beneficios tangibles para la ciudadanía.
• Una sensación de oportunidad desaprovechada, donde los fondos europeos han reforzado una estructura que la sociedad y las empresas privadas sostienen con sus impuestos.El mensaje es contundente: los NGEU podían transformar España, pero gran parte de ellos se han ido por la borda, sosteniendo un gasto público creciente que no es de la sociedad. Realmente, el gasto público, independiente a los NGEU, está sino financiado por toda la sociedad, las empresas privadas.
Los fondos Next Generation EU eran una oportunidad histórica para España: no solo recuperar, sino transformar la economía y la administración.
Sin embargo, gran parte del gasto se ha dirigido a sostener la burocracia, reforzar la formación del funcionariado subencionada y mantener estructuras que dependen de la sociedad y las empresas privadas para subsistir.
El desafío real no es gastar antes de 2026. Es convertir los fondos en cambio tangible, en legado para la ciudadanía. Si esto no ocurre, los millones europeos habrán servido principalmente para alimentar una maquinaria pública que consume recursos de la sociedad en lugar de generar valor, y el nombre “Next Generation EU” quedará como un recordatorio de oportunidad desperdiciada.
- Debes estar registrado para responder a este debate.
