Hola a todos! – Buenas noches Francisco!
Retomo tu párrafo primero como foco importante de atención (lo restante tienes razón pero es un ejemplo más del tema con el que inicias).
<<Para cualquier proyecto totalitario serio, resulta crucial el transformar la realidad, empezando por cambiar el propio lenguaje, el propio sentido de las palabras, creando un neo lenguaje que para el común de los mortales que tienen cultura, resulta un mero esperpento promovido por una nueva especie de neonatos sin cerebro. Pero lamentablemente, hoy en día, en una sociedad en la que se fomenta una ciudadanía ignorante con encefalograma cultural plano, existe un colectivo aborregado que se traga cualquier soplapollez con tal de que detrás, se considere, se encuentra una corriente de pensamiento progre>>
Copio una vez más el inicio de una de mis lecciones:
Nomenclaturas idiomáticas
La lengua desarrolla signos, pero organizados en un sistema del que sacan su valor No hay lengua, sistema de signos, sin un sistema de conceptos que es parte integrante del anterior.
Estos se organizan y delimitan de forma diferente según las diversas lenguas. Lenguaje, conceptualización y abstracción van a la par y provienen de una actitud fundamental de distancia frente a lo concreto (por ej: ni en la lengua sumeria ni en la acadia existían términos tales como “pasado”, “presente” o futuro”, ni tampoco “historia” o “mito”. Etnias como la inuit desconocen el término “guerra”; los mesopotámicos no llegaron a separar por completo razón e imaginación: el pensamiento abstracto escaseaba) En el antiguo Egipto el nombre era uno de los elementos primordiales del ser humano, junto con el Ka, el Ba, el cuerpo y la sombra. Ni lo animado ni lo inanimado podía existir si carecía de nombre. Por eso, como elemento mágico, el conocimiento del nombre podía transferir los poderes del ser al que pertenecía.
<<Solo pensamos dentro de la forma del lenguaje, por ello creemos en la “verdad eterna” de la “razón”. Dejamos de pensar si no queremos hacerlo en la coacción del lenguaje Ponemos la palabra allí donde comienza nuestra ignorancia. El pensar racional es un interpretar, dentro de un esquema que no podemos rechazar>> Nietzsche
Para una persona a quien se ha enseñado a hablar un cierto idioma, éste forma parte de la naturaleza misma de las cosas, permaneciendo siempre en la clase de fenómenos de trasfondo.
Las imágenes conceptuales subyacentes a cada lenguaje tienden a constituir una filosofía coherente, aunque no consciente
<<Nuestra propia lógica en sí misma está ligada de modo tan estrecho a la gramática y la estructura de nuestro lenguaje que difícilmente podríamos desprendernos de ella…No obstante ello no equivale a negar la existencia de un mundo físico y social exterior a nosotros. Lo importante es que ese mundo tiene que ser definido de acuerdo con nuestro vocabulario y estructura lingüística particulares>> Whorf
Empleamos el lenguaje para fragmentar el continuo visual en objetos significativos y en personas que desempeñan roles distinguibles, pero también para reagrupar los elementos componentes, para reagrupar las cosas y las personas entre sí (La cognición conceptualizante se presenta como anterior y condicionante de la nominación)
Todos los signos y la mayor parte de las señales se agrupan como conjuntos.- Los significados dependen de su distinción.- E Leach (Cultura y comunicación)
Una contradicción o una tautología se derivan del espacio lógico y no de un estado de cosas (H G Hodson) El discurso es encadenamiento, diferencia, dualidad, sucesión, articulación En occidente el lenguaje no solo es un instrumento de designación, sino un instrumento de apropiación de lo real El sujeto no percibe las cosas tal cual son, sino según los discursos mediadores.
Las palabras son solo símbolos para las relaciones de las cosas entre sí y con nosotros.
Las palabras y los conceptos nunca nos permitirán franquear el muro de las relaciones, ni penetrar hasta algún fabuloso fondo original de las cosas y tampoco las formas abstractas de la percepción sensible e inteligible, el espacio, el tiempo y la causalidad <<Nunca alcanzarás la “verdad absoluta”, y la palabra Ser entre nosotros no designa más que la relación necesaria que mantiene unidas todas las cosas entre si>> Nietzsche Filosofía
La gramática y la sintaxis de una lengua no responden a un ordenamiento racional sino a ciertas reglas fijadas por el uso, y de ahí su racionalidad La gramática de una lengua, al igual que su sintaxis, son arbitrarias, es decir, no reproducen la estructura de lo real sino a partir de sus propias semióticas y según las necesidades derivadas de ellas Lo que yace oculto en el lenguaje no es sino la propia ley que lo gobierna, y por mucho que se lo obligue no podrán encontrarse ahí restos de la cosa, sino a la operación simbólica que la describe (Que me conste fue Al Farabi -872- el primero que buscó un vínculo que pudiera unir Lógica y Lingüística).
Como señala Rodríguez Delgado Los mensajes que se expresan y transmiten mediante el lenguaje se basan solo en acuerdos lingüísticos con significados dados por la cultura Los símbolos y su significado transcienden la existencia individual; ya que los alfabetos se inventaron hace siglos y se los seguirá utilizando mucho tiempo
La descodificación de los símbolos depende del aprendizaje personal y se relaciona en gran parte con las ideas inculcadas durante la infancia; por ello una de las grandes responsabilidades de la educación primaria consiste en la estructuración, tanto material neuronal como simbólica interpretativa, de la realidad que nos rodea.
Piaget habla, con razón, de lenguajes arbitrarios. Todos lo son, en cuanto a que se intentan relacionar con una realidad externa; y, en cuanto a que quieran transmitir, cualquier lenguaje ha de relacionarse con ella Deja de ser arbitrario del todo en cuanto acabe plasmando una adecuación entre lenguaje = hechos
<<En la génesis del lenguaje no existe un proceso lógico, y todo el material en el cual y con el cual trabajará y construirá más adelante el hombre “su mundo” de la verdad procede, si no del reino de Jauja, tampoco desde luego de la esencia de las cosas>> (Nietzsche.- Introducción teorética sobre la verdad y la mentira en el sentido extra moral)
Hay un carácter interpretativo en todo acontecer No hay ningún suceso en sí. (simple) Lo que acontece es un grupo de fenómenos seleccionados y resumidos por un ser interpretador Vivimos en situación: pero mucho más básico que lo que esta sea o no sea, resulta la definición personal de la situación, hecha por el sujeto No hay ningún hecho, todo es fluido, inaprensible, huidizo. Lo más duradero todavía (lo que subsiste) son nuestras opiniones
Deberíamos encaminar los pasos de nuestra mente hacia una imbricación mayor entre Lenguaje><Conceptos><Lógica><Pensamiento sobre los hechos dados
Cuando tal cosa no ocurre, cuando ideamos palabros para designar algo que es neblinoso, no comprobada o comprobable su concordancia con una realidad específica, (repitamos con Wudkmir) <<entonces nuestras palabras se vuelven mitos, se convierten en palabras-placebo, palabras-saco, como, por ejemplo, el "Id" freudiano>>
*En sus primeras etapas la mente se adhiere estrechamente a lo concreto: la mente no es distinta del mundo, participa de él, se confunde con él. Después viene una crisis: entre el mundo y el hombre aparece la reflexión, los titubeos, la duda (La mente teje sobre este abismo una sutil red de juicios, razonamientos; de ciencia! .El mundo concreto no desaparece pero queda organizado en un mundo abstracto de nociones e ideas generales) El mundo queda sujeto a experimentación
Aparecen falsas disyuntivas. Como son el lenguaje Y el pensamiento; el pensamiento Y la acción, el yo Y el no-yo, lo individual Y lo social etc etc Esas disyuntivas (Y) no son reales, las hemos colocado ahí nosotros: los dos términos de cada binomio no existen separados más que en nuestra mente, creados en su separación a través de la palabra, del lenguaje Son la misma cosa estudiada por dos métodos o sistemas diferentes
Se ha comprobado que nuestra forma de hablar y comunicarnos influye enormemente en nuestras relaciones sociales, familiares, profesionales. De hecho no usamos el mismo lenguaje en ámbitos distintos. Podemos ser más formales o más familiares, usamos un lenguaje más correcto o tal vez más vulgar, según cada ocasión, nuestra educación y el ambiente en el que nos ha tocado vivir. Pero fuera de formas y convencionalismos, está el contenido, el lenguaje interno que dirige nuestras acciones, pensamientos y emociones. Ese famoso diálogo interior que marca nuestras decisiones, genera miedos o nos empodera, nos hace creer que somos capaces de grandes logros o nos hace caer en depresiones. Incluso los tiempos verbales que usas con mayor frecuencia pueden indicarte tu manera de ser. Algunas personas abusan de imperativos, mientras que otras, al contrario, emplean demasiadas veces verbos condicionales.
<<Las palabras y las ideas han llegado a ser ídolos muy difundidos Son un sucedáneo de la experiencia En realidad es un fenómeno de los más ambiguo>> Fromm
Ya la escuela teológica de Menfis (Egipto.- 2300 a C) atribuyó la creación del mundo al verbo divino (origen que debió “inspirar” luego a los hebreos) Tiempo después Critias (420 aprox a. C) aclaró un poco las cosas: en el comienzo era el Verbo, pero el Verbo era mentiroso, y la mentira era Dios
<<¿Cuál es la esencia del conocimiento, Jajñavalkya?
Precisamente la palabra, oh rey!>> Los Upanishads
Hasta aquí la parte previa a una de mis lecciones…
Pero rematando con lo que acertadamente señala Francisco:
¿Qué pasa? ¿Que alguien para dárselas de distinguido, de diferente o de yo qué se qué decide fragmentar en dos según su género o cualquier otro aspecto un término gramaticalmente unitario? Allá él.
Le imagino en esa misma línea en su propio hogar si tiene hijos-as de diversas edades diferenciando entre:
Hijón (el hijo mayor)
Hijo (el 2º)
Hijito (el 3º)
¿Hiji? (el 4º)
Llegará un momento en que se asfixiará en su propia memez…
Un abrazo
Juan