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Debate
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El alcoholismo se puede enfocar desde diferentes puntos de vista: la adicción, desintoxicación, causas del alcoholismo, tratamiento, etc., pero aquí quiero centrarme en el alcoholismo de todos los días, en donde existe habituación y gran tolerancia a la cantidad de alcohol ingerida.Generalmente los artículos que se publican están referidos a explicar en qué consiste, a las consecuencias físicas y cognitivas del consumo excesivo, a las dificultades de la recuperación, etc.A mí me gustaría presentar un punto de vista distinto. El punto de vista de la persona que lo sufre: lo que siente, cómo lo vive, qué piensa, por qué lo hace… de forma que nos ayude a comprender mejor la realidad de esta enfermedad desde dentro. Se trata de enfocar el problema desde una visión empática.El motivo por el cual beben los hombres y las mujeres puede tener las mismas causas, pero en algunas ocasiones tanto las causas como -y sobre todo- la forma de beber, pueden diferir. La forma de beber en la mujer es más oculta, más solitaria generalmente, y los motivos pueden variar también según los roles sociales en uso. Aunque las causas del alcoholismo femenino parecen estar más relacionadas con patologías depresivas, baja autoestima, ansiedad, frustraciones y en algunos casos soledad y/o malos tratos.Mi intención es también el hacer comprender, sobre todo a las familias, algo que les resulta muy difícil y que les afecta directamente pudiendo incluso llegar a enfermar toda la familia o deshacerse, al mismo tiempo que ver la repercusión en los miembros de la familia y la angustia que les supone.Para empezar no hay que olvidar la doble actitud que existe con respecto al alcohol en nuestra cultura. Por un lado es el centro de cualquier celebración, ya sea una boda, las fiestas del pueblo, un cumpleaños… etc. o simplemente reunirse con la familia para comer juntos o salir por la noche con los amigos. Hasta en ocasiones cuando alguien no bebe, se le presiona para que lo haga o se le considera “raro/a”.Por otro lado y como reverso tajante de la moneda se le etiqueta como alcohólico, o con expresiones varias tales como “borracho”, “le gusta mucho la botella”, “siempre va colocado”, etc., con desprecio, despectivamente y se le estigmatiza, cuando la persona en cuestión ya ha caído en la rueda de un consumo excesivo.Dos versiones de lo mismo y sin embargo, un lado de la moneda puede conducir más fácilmente de lo que pensamos a la otra. En la mujer es aún peor porque una mujer “borracha”, que se supone que debe de mantener el control propio y de su casa así como la unión familiar por ejemplo, es todavía más despreciable que un hombre…Por el momento la tasa de alcoholismo en la mujer es inferior a la del hombre aunque está en crecimiento el porcentaje de mujeres que beben. Pero dada la problemática citada anteriormente y el hecho de que hasta ahora los programas de recuperación estaban pensados para hombres, se hace más difícil que las mujeres pidan ayuda en estos casos.La recuperación de la mujer alcohólica debe de realizarse a partir de un programa individualizado y pensado expresamente para la mujer.Espero que sirva de ayuda y os parezca interesante esta introducción para dar paso a otros profesionales de otras disciplinas. GraciasCarmen Rausell Iglesias
Psicóloga cognitivo-conductualPsicoActiva | Mujer Hoy
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